Lola es un personaje que se crea para “Todo sobre mi madre” y que, con toda intención, no aparece en escena hasta el final de la película. Durante la hora y cuarenta minutos queremos poner cara a “ esa Lola” que ya hemos juzgado sin escucharla ni verla. Está en boca de todos, es descrita como un monstruo y como una adicción, es una droga causante de muerte y desgracia. Lola es el sida.
Pero también da vida.
Una madre sólo puede ser madre, si existe un hijo y Lola es el padre de ese hijo.
Dicen que los niños son fruto del amor entre un hombre y una mujer, pero ese amor no siempre es fácil, no existe un modelo que nos de pistas para amar.
Cuando finalmente aparece Lola; un hombre inseguro vestido de mujer con las lágrimas brotando de sus ojos, genera en nosotras una sensación de lástima y no de odio y muchos menos como alguno se atrevería a decir, de asco.
Por eso consideramos que Lola no es sólo un nombre, sino la ejemplificación de una realidad dura, que es en definitiva, lo que queremos abordar en este blog
Las vidas rotas no son un fenómeno creado por Almodóvar, son una realidad que él ha querido y sabido tratar.
Laura P.
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